La manteca de cerdo es un producto procedente de la transformación de las grasas del cerdo blanco o de raza ibérica muy apreciado en la gastronomía española y de todo el mundo.
Es un ingrediente básico en la repostería; con manteca de cerdo se elaboran dulces tradicionales tan conocidos como los mantecados, las perrunillas, las tortas o cocas de chicharrones y los polvorones de Navidad.
Se emplea también en la elaboración de embutidos y para conservar algunos productos de la matanza del cerdo, e incluso conservas del mar, como la ventresca de atún en manteca.
Los quesos puros más exquisitos tanto de oveja como de cabra se suelen cubrir con una fina capa de manteca de cerdo ibérico durante su período de curación, que les aporta gran jugosidad.
Si queremos consumirla directamente podemos untarla en las tostadas o molletes del desayuno, muy típico en Andalucía, proporcionándonos un buen aporte calórico para afrontar el día. Además, por su bajo contenido en sodio está indicada para personas con hipertensión.
Eso sí, no debemos olvidar que la manteca es un producto con contenido en grasas, por lo que se recomienda tomarla con moderación.
